Relación de la iglesia construida por el encomendero

  “e así la vio que es una iglesia grande de bahareque y cubierta de paja, su campana grande para tocar a misa, la cual está cercana a los dichos pueblos (Saquencipa y Monquirá) entre el uno y el otro y esta bién aderezada suficientemente e imágenes de lienzo, que es un retablo con su crucifijo de lienzo grande y su campañilla de tocar a santos, una casulla de raso leonado con una cenefa verde bordada de oro sin alva e manipulo corporales, ... un cáliz de plomo.”[1]  (…)“dixeron ...que tienen iglesia y en ella hay campana e ornamentos y siempre ha habido padre e dan todos sus hijos de buena voluntad a la dotrina e los domingos e fiestas van ellos a la dotrina y los padres los visitan en sus pueblos a los enfermos e hacen cristianos a los que lo quieren ser y a los enfermos que mueren los entierran en la iglesia” [2]

[1]AGN. Fl. 549. en: Clara Inés Casilimas y María Imelda López: Las visitas del siglo XVI al territorio muisca: fuente de datos culturales.
[2] Ibid., Fl. 562v.

Desierto de la Candelaria

El desierto de la Candelaria es un semidesierto ubicado al occidente del departamento de Boyacá, en Colombia. Se encuentra a 7 km al nororiente del municipio de Ráquira y 32 km al suroeste de Villa de Leyva. El territorio se encuentra en una hondonada cruzada por un pequeño río del mismo nombre, que desciende de los 2.600 metros a los 2.000 sobre el nivel del mar.

La Envidia: Un Flagelo que Amenaza a la Humanidad y a Boyacá

La envidia, ese sentimiento corrosivo que se arraiga en el corazón humano, ha sido objeto de reflexión y preocupación a lo largo de la historia. Desde tiempos remotos, ha sido reconocida como una emoción negativa capaz de conducir a actos de maldad y desestabilizar la convivencia. En este artículo, exploraremos la naturaleza de la envidia como uno de los pecados capitales y su impacto en la hermosa tierra de Boyacá, Colombia.

Museo comunitario el Fósil

El MUSEO COMUNITARIO EL FÓSIL es una pieza clave en el desarrollo turístico de la región, siendo la primera colección que se registra en el inventario paleontologico nacional. Es uno de los sitios más visitados cada año por los turistas que llegan a la región.

Bachcue

“En el distrito de la ciudad de Tunja, a cuatro leguas a la parte de norte-este y una de un pueblo de indios que llamaban Iguaque,[1] se hace una coronación de empinadas sierras, tierra muy fría y tan cubierta de páramos y ordinarias neblinas, que casi en todo el año no se descubren sus cumbres sino es al mediodía por el mes de enero. Entre estas sierras y cumbres se hace una muy honda, de donde dicen los indios que a poco de como amaneció o apareció la luz y criadas las demás cosas, salió una mujer que llamaban Bachué, y por otro nombre acomodado a las buenas obras que les hizo, Furachogua, que quiere decir mujer buena, porque fura llaman a la mujer, y chogua es cosa buena. Sacó consigo de la mano un niño de entre las mismas aguas, de edad de hasta tres años y bajando ambos juntos de la sierra a lo llano donde ahora –está- el pueblo de Iguaque, hicieron una casa donde vivieron hasta que el muchacho tuvo edad de casarse con ella, porque luego hasta que la tuvo se casó, y el casamiento–fue- tan importante y la mujer tan prolífica y fecunda que de cada parto paría cuatro o seis hijos, con que se vino a llenar toda la tierra de gente, porque andaban ambos por muchas partes dejando hijos en todas, hasta que después de muchos años, estando la tierra llena de hombres y los dos ya muy viejos, se volvieron al mismo pueblo y del uno, llamando a mucha gente que los acompañara a la laguna de donde salieron. Junto a la cual les hizo la Bachué una plática exhortando a todos a la paz y conservación entre sí, la guarda de los preceptos y leyes que les había dado, que no eran pocos, en especial en orden al culto de los dioses, y concluido, se despidió de ellos con singulares clamores y llantos de ambas partes, convirtiéndose ella y su marido en dos grandes culebras -que- se metieron por las aguas de la laguna y nunca más parecieron por entonces, si bien la Bachué después se apareció muchas veces en otras partes, por haber determinado desde allí los indios contarla entre sus dioses, en gratificación de los beneficios que les había dado.” [2]

 

“…la diosa Bachué…era el amparo de todas las legumbres, ofreciéndole sarmientos de moque y resinas.” [3]

 

 

[1] Iguaque, que en lengua chibcha significa “montaña vigorosa”, era para los antiguos una especie de “úterodel mundo”que a su vez representaba el universo en continua regeneración: nacimiento, fecundidad, fertilidad e iniciación, símbolo de ascenso y conocimiento interior, lugar oracular donde se consultaban a los esenciales de la naturaleza y se planificaba los ciclos de la vida.

[2] Fray Pedro Simón: Noticias Historiales de las Conquistas de Tierra Firme en las Indias Occidentales. Tomo VI. Biblioteca Banco Popular, Bogotá, 1981 pág.378.

[3] Ibid

 

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