Sutamarchán es un municipio colombiano que se encuentra situado sobre el ramal de la cordillera Oriental de los Andes, al occidente del Departamento de Boyacá, provincia del Alto Ricaurte. La topografía predominante se caracteriza por ser ondulada y montañosa presentando suelos de capas vegetales, formaciones de arenisca y rocas. La distancia a la capital del departamento ― Tunja ―, es de 44 km y en tiempo, 45 minutos.
El área de este municipio presenta variaciones de altura de entre los 2100 m s. n. m. en el valle del Río Sutamarchán, hasta los 3400 m s. n. m. en Peña de Las Águilas.
Historia
Sutamarchán fue fundado el 14 de diciembre de 1556 por don Antonio de Santana, tuvo en el siglo XVI gran importancia porque en su territorio fue venerada Nuestra Señora Del Rosario de Chiquinquirá en el sitio de los Aposentos. Su nombre corresponde a la composición indígena española fundada por "SUTA" que en lengua chibcha quiere decir Soberano y "MARCHAN" en respeto al capitán Pedro Merchán de Velasco, español quien en el siglo XVIII fue encomendero de Suta. De esta manera a partir del siglo XVIII se otorga el nombre de Sutamarchán, con el cual es conocido hasta el momento.
Su nombre corresponde a la composición indígena española formada por “Suta” que en lengua chibcha quiere decir Soberano y “Merchán” en alusión a su Encomendero Español Pedro de Merchán quien a su muerte legó sus predios a los indígenas de este municipio. Fundación: Sutamarchán fue fundada en 1556 por el encomendero Antonio de Santana. Evangelizadores: Los padres Dominicanos evangelizaron a los aborígenes de Suta ellos fueron Fray Martín de los Ángeles y los religiosos de Santo Domingo Fray Bartolomé de Ojeda y Fray Diego Godoy. Nuestra Señora de Chiquinquirá: El conquistador y encomendero de Suta Antonio de Santana tenía deseos de colocar en un oratorio de su casa un cuadro de Nuestra Señora del Rosario. Expresó estos anhelos al lego Dominicano Fray Andrés Jadraque. El lego se trasladó a Tunja y contrató la figura del cuadro con el artista Alonso de Narváez. El pintor trazó en la mitad de una tela de algodón, de hechura indígena, con colores de tierra de los barrancos de Tunja y con zumos de hierbas, la imagen de la Virgen con un niño en los brazos. A los lados de la imagen quedaron espacios suficientes como para otros Santos. Narváez dibujó las imágenes de San Antonio y San Andrés, por los nombres del encomendero que sería propietario del lienzo y del Religioso que se había interesado en su hechura.
Una vez concluida la obra pictórica, fue llevada a los Aposentos de Suta donde vivía Santana. Los habitantes de la casa tributaban todos los días homenaje místico al retablo. Con el pasar de los años el cuadro se deterioró mucho hasta el punto que las figuras de los santos se borraron en su totalidad. El lienzo fue quitado del lugar destinado para la veneración y se dedicaron a secar en él al sol trigo, cebada, maíz, etc. Más tarde se trasladó a la casa que tenía Antonio de Santana en el sitio llamado Chiquinquirá, y allí se verificó el 26 de diciembre de 1586 la renovación milagrosa del cuadro.