El creador de todo lo creado; el gran Yo Soy; amó todo lo que hizo, cuando terminó por completo su gran creación; “vio todo lo que había hecho, y todo ello era bueno en gran manera. Cayó la tarde y luego llegó la mañana. Ese fue el sexto día. Así fueron terminados los cielos y la tierra y todo lo que existe”. ( Génesis . 1:31-32 y 2:1 ).
“Cuando pienso en todo esto, caigo de rodillas y elevo una oración al Padre, el Creador de todo lo que existe en el cielo y en la tierra. Pido en oración que de sus gloriosos e inagotables recursos, los fortalezca con poder en el ser interior por medio de su Espíritu.”( Efesios 3:19)
El perfecto amor de Dios. Amor inagotable e incondicional.Es ese amor que también fue derramado en la humanidad; accesible para todos, naturalmente manifestable en todos pero a su vez olvidado o ignorado por muchos en medio de las afanes de la vida.
Amor tan esencial que “si yo hablara en lenguas humanas y angélicas y no tengo amor, vengo a ser como metal resonante, o címbalo retumbante. Si tuviera el don de profecía, y entendiera todos los misterios, y tuviera todo el conocimiento y si tuviera toda la fe de tal manera que trasladara los montes, y no tengo amor, nada soy. Y si repartiera todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y entregar mi cuerpo para ser quemado y no tengo amor de nada me sirve”.
Por que “El amor es paciente y bondadoso; no es envidioso ni jactancioso, no se envanece; no hace lo impuro; no es egoísta ni se irrita; no es rencoroso; no se alegra en la injusticia, sino que se une a la alegría de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta, el amor jamás dejará de existir. En cambio las profecías se acabarán, las lenguas dejarán de hablarse y el conocimiento llegará a su fin. (1 Corintios 13: 1-8).
En estos tiempos de tanto caos; “el amor de muchos se ha enfriado por la maldad” ( Mateo 24:12). Pero “esta es la esperanza que no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado”. (Romanos 5:5). “Si alguien dice:Yo amo a Dios, pero odia a su hermano, es un mentiroso pues el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios a quien no ha visto. (1 Juan 5:3)
¡Por eso que el amor sea una tendencia, una cultura , un estilo de vida, que cambie vidas e influya en las siguientes generaciones!