Su nombre es originario de la palabra maya “cacaw” y es uno de los alimentos más populares en el mundo, es originario y consumido en México desde las culturas más antiguas que dominaron el país, como los Olmecas, en el año 400 a.C.
Los nativos reconocieron en el cacao importantes propiedades y beneficios como medicamento, reconstituyente y hasta afrodisiaco, por su fuerte sabor que producía gran vitalidad y energía.
Leyenda
La leyenda narra que Quetzalcóatl dio a los toltecas los granos del cacao, ya que el dios deseaba tener a su pueblo bien alimentado para que se dedicaran a ser mejores hombres, estudiosos, sabios, arquitectos, artistas y artesanos.
Para esto, Quetzalcoatl robó el árbol del cacao del paraíso en donde vivían los dioses y plantó el pequeño arbusto en Tula.
Ya que lo plantó, le pidió al dios del agua, Tláloc, que enviara lluvia a la tierra para que la planta pudiera crecer y alimentarse.
Después fue a visitar a Xochiquetzal, diosa del amor y la belleza, y le pidió que le otorgara al árbol hermosas flores. Pasando el tiempo la planta floreció y dio frutos de cacao.
Algunos datos a cerca del cacao
Los mexicas preparaban un brebaje especial, amargo y concentrado llamado techocolat, que solo consumía el emperador, a los nobles y a los guerreros.
Los Olmecas (1500 a 400 A.C.) fueron los primeros humanos en disfrutar el cacao como bebida, su proceso era moler los granos, mezclándolas con agua, y añadir especias, guindillas y hierbas.
En el México prehispánico, el cultivo del cacao estaba esparcido en toda la zona cálida del país como Michoacán, Colima, Campeche, Tabasco y Chiapas, siendo estos últimos los más apreciados por el gran tamaño de sus semillas, por su sabor y aroma.
Tenía más valor que el oro y lo utilizaban como moneda de cambio para el trueque.
Las vainas eran fermentadas, secadas al sol, tostadas y presadas entre dos piedras calientes hasta obtener una pasta aromática moldeada en forma de barras o panes luego se les agregaba agua, azúcar o miel y especies.
En el imperio mexica, Moctezuma decidió cobrar sus tributos en almendras de cacao. Recibía anualmente 400,000 countles (160 millones de bayas) para preparar diariamente 50 tazas de chocolate, para su consumo personal.
También se usaba en el momento de los funerales de las élites como ofrenda.
Simbolizaba la abundancia y era empleado para los rituales religiosos dedicados a Quetzalcóatl.
Para los mayas, la deidad Chak Ek Chuah, era el santo patrón Maya del cacao. También lo consumían como una bebida, alrededor del año 600.
Se cultivaban cuatro variedades principales de la planta: Quauhcahuatl, Xochicahuatl y Tlacacahuatl.
Tomado de la revista El mágico mundo del cacao
