Hace 26 años, en un aula de publicidad, se encontraba un joven artista que, aunque entonces estaba confundido sobre su camino, ya mostraba una profunda necesidad de expresarse. Este artista, que exploraba diferentes medios como la escritura y la música, aún no había descubierto la verdadera voz que lo definiría. Sin embargo, el destino y su inquietud creativa lo llevaron a viajar por Sudamérica, un recorrido que, sin que él lo supiera, lo acercaría cada vez más a su verdadera pasión: la pintura.
“Con mi burrito sabanero voy camino de Belén”
Como han cambiado los tiempos.
La navidad ya no es lo mismo, como antes, como cuando uno era niño, como cuando uno creía ingenuamente en que el ratón Pérez, le ponía una moneda de regalo debajo de la almohada a cambio del diente de leche perdido, o como cuando uno creía sinceramente en el Niño Dios, y se le dirigían esperanzadoras carticas para pedirle juguetes y ropa nueva el 24.
Betto Gómez