Reminiscencias de antaño. Todo Tiempo Pasado fue Mejor.

“Con mi burrito sabanero voy camino de Belén”

Como han cambiado los tiempos.
La navidad ya no es lo mismo, como antes, como cuando uno era niño, como cuando uno creía ingenuamente en que el ratón Pérez, le ponía una moneda de regalo debajo de la almohada a cambio del diente de leche perdido, o como  cuando uno creía sinceramente en el Niño Dios, y se le dirigían esperanzadoras  carticas para pedirle juguetes y ropa nueva el 24.

Los milagros comenzaban cuando misteriosamente nuestras cartas  desaparecían en un santiamén, como por ensalmo, en medio de nuestro asombro, despachadas directamente con ‘destinación específica’ al niño bendito, al cielo por una especie de mensajerìa celestial.

Afortunadamente aún subsisten, aunque están declaradas en peligro de  extinción y en menor escala, algunas costumbres de antaño, en este caso las novenas bailables, las cuales incluìàn en su variado y multicolor portafolio de servicios’ , empanadas, helados , lucecitas de bengala ‘mariposa’ obviamente (por ese entonces no se presentaban quemados) el suculento ponqué ramo, y las infaltables galletas de tarro, Noel y la Rosa, rellenas, cremositas .

Y como no mencionar, los villancicos de siempre, en torno al pesebre, que se acompañaban con panderetas, pitos cascabeles y matracas, un curioso artilugio hecho de bambú, con un mecanismo que lo hacía tronar, más que sonar, fruto del ingenio criollo y que hacía un sonido característico, como de metralleta, .como de maíz pira ‘totiao’

La cosa era hacer ruido y meterle un poco de guachafita al asunto, pasarla superguau, vacilar un rato, y en lo posible levantar noviecita.

El Tamborilero, A la nanita nana nanita nana nanita ea, tutaima tuturumaima, Jesùs al pesebre vamos a adorar , estaban al tope de la lista y eran los más cantados

.Estas novenas que empezaban puntualmente a las 7 pm, eran por lo general presididas por el cura párroco del barrio y las beatas de la Legiòn de Marìa, su guardia pretoriana , quienes religiosamente , con aire misterioso, circunspecto, se tomaban sus vinachos’ y con renovado entusiasmo salmodiaban los cànticos y estribillos, oraciones y rezos de la novena , fueron las antecesoras de la ley Zanahoria.

Eran máximo hasta las doce y como la cenicienta, debíamos emigrar a casita a esa hora, puntualmente, porque era el compromiso con los padres, so pena de no poder volver al día siguiente, en ese entonces, eran seguras, no era peligroso caminar las calles del barrio.

Las dichosas y aburridísimas novenas, no dejaban de tener su encanto, hay que entender que eran una especie de fiestas semipaganas, cursis y super lobas.
El asunto en cuestión era a punta de empanadas, helados y coca cola, procuraba uno ponerse betún en los zapatos, la mejor pinta, la de moda.

Confiables, y Seguras” “super zana-horias” , en ellas no se tomaba trago, ni se fumaba, y por lo general asistían los mismos con las mesmas’ de siempre, vecinos , amigas y amigotes de la cuadra, del barrio, parientes que solo se encontraba uno en estas semirumbas, pagano religiosas, los familiares llegados del extranjero, relucientes, estrenando de la cabeza a los pies, chicaneando, con sus maletas cargadas de ilusiones y regalitos y los infaltables gallinazos, que acechaban en espera de caerle a las sardinas de la rumba religiosa, que duraba interminable como la agonía del salvador 9 noches y contando.
Se bailaba y se bamboleaba uno al son de los corraleros de Majagual , los melódicos, y la Billos Caracas Boys, se tarareaban baladitas de Leo Dan, y Leonardo Fabio de Rafael y de Sandro, la música de plancha estaba de moda con radio 15, la voz prodigiosa de Alfonso Lizarazo y el club del clan, con Harold y Oscar Golden, la Vicki , los Flippers, y los Speaker, y como en misa, lo más que pasaba era una cogidita de manos o un beso robado, aprovechando los momentos de confusión y euforia.

Para concluir, no podemos olvidar que en estas semifi estas, se inició uno en los misterios de la música bailable, en los goces de la rumba, y fueron indiscutibles, las antecesoras y decanas, de los Prom” y los after party de hoy,

Su verdadera importancia radica en que fueron las novenas y no las verbenas, las madres de las Coca-Colas bailables posteriores, los bazares y fiestas de barrioo de colegio, y otros, donde ya se podía uno tomar sus cubas libres con la bebida de marras, (para no continuar haciéndole publicidad gratuita, a la empresa y al licorcillo , que tantos guayabos pomarrosos nos costó)

Eran como dicen ahora, una nota.
Hoy la cosa es distinta, la cosa es en serio, “como sin querer y la cosa queriendo”
Hoy la rumba es pesada, se oye y se practica reguetón, se soda uno la electrónica, el “trance”, el drums and bass, y se toma como aguapuchas, hijuepucha.
Antòn piruliruliru, Antòn pirulirulà,  Antòn piruliruliru, Antòn pirulirulà
Jesùs al Pesebre vamos a adorar.
” RCD
(Nostradamus o sea yo.)

 

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