“ El valle está limitado por los riachuelos de Sutamarchán y Cáchira, y es una fracción de la antigua y transfomada planicie lacustre que comienza en Ráquira……..Abundan esparcidas muchas piedras oblongas y esféricas formadas por capas concéntricas de carbonato calizo ligeramente coloreadas por el óxido de hierro, y con un núcleo a veces de arena fina, a veces de una sustancia que parece restos del tejido y película de una gran semilla monocotiledonea, o frecuentemente vacío, como si hubiera desaparecido el molde (….) la muy notable circunstancia de hallarse entre Sáchica y Monquirá un extenso banco en que yacen profusamente amontonadas infinidad de amonitas perfectísimas, que miden desde un centímetro hasta más de un metro de diámetro”
Manuel Ancísar
Y todo son meras Piedritas, donde hay fósil, donde hay todas esas piedras bonitas de antecedentes que serían, que habrían; pero, en esos fósiles se vinieron a contener algunos animales, los pece que habrían antes porque esto dizque era un mar; eso dicen! Quien sabe!
“ En la primera época había muchos fósiles y nadie sabía que eso era una riqueza y tenía mucho valor; la gente los recogían, los rompían y los echaban a quemar para la cal, pues había muchas caleras. En ese entonces encontré una piedra como la cabeza de un animal y con unos dientes preciosos, perfectamente el animal petrificado, para mí era solo una piedra y luego llegó un tipo y me dijo que esa piedra era un animal, yo le respondí: ¡ como puede ser un animal si es una piedra!, y me explicó que en esa época había una sustancia que petrificaba los árboles, los animales, todos, en piedra; yo le regalé esa cabezaza de un mastodonte y me dije, estas piedras valen y principié a recogerlas y yo las vendía.
Cuando estaba en la Acción Comunal me enteré que habían encontrado un animal muy grandísimo, fuí y lo miré y era verdad que era un gran fósil, y llegó un señor y le dijo a Tito Hernández que era el dueño de la tierra que le vendiera ese fósil, y llegamos y le dijimos que la Acción Comunal le podía reconocer eso, que no debía dejarlo sacar porque valía mucha plata, que más bien cobrara la entrada, Pasó el tiempo y llegó el cura Huertas, con otro cura y tres policías, diciendo que se lo llevaban, ya tenían una tractomula para sacarlo; a Tito lo metieron tres veces a la cárcel por defender eso, y ahí principié a reclamar casa por casa y me decían: no nos importa, pero al final los pude convencer, se reunió la gente, mujeres, niños, todos con palos y garrotes y se fueron a reclamar el fósil y los amenazaron que traerían la policía y el ejército.A eso se reunió más gente del pueblo, bajaron los carros llenos, y ahí esos señores decían que se había hecho una guerra chiquita, ¡ pero que guerra chiquita! nosotros estábamos defendiendo nuestro patrimonio que se querían llevar; al final sacamos al cura Huertas y la Junta de Acción Comunal quedó mandando en el fósil, se le hizo enramada y se inauguró con una gran fiesta.
Narradora: Eduarda Rodríguez
Tomado del libro.
MEMORIA HISTÒRICA E IMAGINARIOS DE VILLA DE LEYVA
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