“Cuentan que en el cerro de la Villa hay una entrada, una cueva que pasa al otro lado. Un viejito vio que se abrió el cerro de Villa de Leyva, el sacerdote estaba diciendo la misa, y el hombrecito se arrodilló con el hijo y el cerro volvió y se cerró; uno cuenta porque le han contado.”
“ Cuando yo estaba chiquita, recuerdo que llegaron de Villa de Leyva unos señores, llevaron un cosito, como un reloj con una pita, y pusieron la máquina arriba de la casa del padrino Angelino; entonces, cuando pegaba ese jalonazo la máquina, era preciso que había algo de oro, un encanto, y cuando dio durísimo dijeron: aquí es, escarbemos que aquí es; por eso digo que yo ví conjurar, era uno escarbando y el otro echando agua bendita y rece que rece y dele y dele; y pegó lo que fuédebado de la tierra con algo totalmente vivo, se sintió como se corrió una pila de cajones llenos de monedas, y dijo el señor: se nos fue, se nos fue, se va, es que con una persona que haiga que dé contacto mal a eso, no se deja ver….se va.
Betto Gómez