Durante el segundo festivo de agosto se celebra el tradicional festival de las cometas en Villa de Leyva. Miles de turistas arriban al municipio boyacense a disfrutar el mundialmente reconocido certamen.
En Colombia el viento es protagonista de múltiples historias. Imprescindible en las notas alucinantes de la gaita y el acordeón, como irremplazable cabalgando las olas que refrescan las costas y las playas. El mismo que, en agosto, corre precipitado por el valle en la provincia de Ricaurte, hasta llegar a Villa de Leyva, donde anualmente se aglomeran los amantes de la cometa, ansiosos por sacar provecho a la ventisca que ya es habitual en el calendario. ¡Llegó el mes de las cometas!
En el majestuoso y colonial municipio boyacense, declarado monumento y patrimonio nacional en 1954, locales, visitantes y extranjeros se reúnen para dejar volar su imaginación y sus destrezas en las cometas de diferentes diseños, tamaños y colores. Como participantes o espectadores, son miles los que se congregan para disfrutar el Festival Nacional del Viento y las Cometas de Villa de Leyva.
Aunque es habitual por las noches apreciar el cielo colmado de estrellas en los ya acostumbrados eventos astronómicos que sacan partido del despejado cielo de Villa de Leyva, en agosto ocurre un fenómeno sin igual. Durante el día y la noche, puntos de diferentes tamaños y colores adornan el cielo, bailando al son de las ráfagas de viento propias de la temporada de la región. Cometas convencionales, artesanales, gigantes, trenes acrobáticos, deltas, papalotes nocturnos iluminados, cometas acrobáticas profesionales de dos o cuatro cuerdas y geométricas de tres dimensiones se divisan por los aires, concursando por el podio en el afamado festival.
El 7 de agosto de 1975 se dio inicio al primer Festival del Viento y las Cometas de Villa de Leyva, dando origen a un evento que anualmente se conmemora y que es reconocido mundialmente por los amantes de las cometas. Allí se dan cita profesionales, aficionados y turistas en la Plaza Mayor, que con sus 14.000 metros cuadrados, sin cables de energía, edificios o árboles, se convierte en el escenario ideal para el ascenso de los volantines.
El Festival del Viento y las Cometas cuenta con diferentes categorías, que van desde cometas infantiles hasta participaciones de equipos y profesionales. Si visitas el festival podrás participar en el concurso de cometas de la categoría comercial. Pero si asistes como espectador, te encontrarás con la categoría de cometas artesanales. También podrás apreciar la competencia de vuelo vertical, en la que las cometas sin flecos y sin cola ascienden sin resistencia por el inmenso cielo que cubre éste pueblo de Boyacá.
En el afamado show de cometas de Villa de Leyva son muchas las categorías y estilos. Durante el fin de semana, todos los tipos de cometas tienen un espacio en el firmamento. Las de vuelo lejano se pierden en el horizonte, y la exhibición de cometas miniatura, cuyos lados siempre son inferiores a 15 cm, fascinan por este espectáculo sin igual.
Existen cometas cuya fabricación por sí misma es un espectáculo. Las deltas, triangulares con una o más quillas; las tridimensionales (papalotes), de estructuras rígidas con formas geométricas; las artísticas, que destacan por su belleza, forma y colorido; las acrobáticas, que utilizan más de una cuerda para danzar haciendo malabares; los trenes, más de cinco en línea cabrioleando sobre el viento; y las inflables, conocidas como parafoi o flexifoi, que ocupan un espacio privilegiado en el evento. Finalmente, en la prueba reina del evento, aparecen las cometas gigantes, cuyas medidas son superiores a 6 metros por cada lado. La admiración se apodera de todos cuando elevan su vuelo contra todos los pronósticos.