“En el distrito de la ciudad de Tunja, a cuatro leguas a la parte de norte-este y una de un pueblo de indios que llamaban Iguaque,[1] se hace una coronación de empinadas sierras, tierra muy fría y tan cubierta de páramos y ordinarias neblinas, que casi en todo el año no se descubren sus cumbres sino es al mediodía por el mes de enero.