Por: Luis Carlos Moreno Chaparro
Ingeniero Eléctrico – Coordinador de proyectos sostenibles
8-10-2024
El fenómeno del niño es un evento climático en el cual aumenta la temperatura ambiente y se reducen los días de lluvia, generando problemas de sequías en el país. Este fenómeno no se presenta de manera imprevista, sin embargo, la población y entidades gubernamentales no tienen planes de contingencia adecuados que permitan mitigar los efectos asociados. En términos simples, se tienen algunas actividades de mitigación pero no se cuenta con un sistema de prevención y recuperación fortalecido. Es necesario que pase una sequía para que todos se den cuenta que el agua es crucial para el desarrollo de la sociedad y es trasversal en los diferentes sectores, el económico es uno de ellos. Ante el fenómeno del niño, el país ha mostrado una gran vulnerabilidad en los diferentes sectores económicos, y parece que la postura es resistir ante lo inevitable u orar para que llueva, como si la causa de las pérdidas de páramos, los incendios generados, la tala indiscriminada, las explotaciones ilegales, la contaminación de cuerpos de agua, etc., fuera hecho por Dios, solamente nosotros somos la causa de las consecuencias que están pasando. Sin agua, es imposible realizar una agricultura sostenible, y es un hecho fehaciente que sobresale en estos días. Se habla de racionamiento en un país que históricamente ha sido literalmente una fábrica de agua en el mundo, Quibdó por ejemplo presenta registros que indican un número de días de lluvia de 300 al año, y así en otras regiones. Otro hecho que parecía sin importancia es que el agua es un recurso limitado, lo que lleva a pensar que el Colombiano nunca ha sido consiente de la riqueza que dispone en sus recursos naturales.